Las vicuñas deben vivir en forma natural (no estabuladas), para evitar enfermedades y su degeneración genética.
Las vicuñas no estabuladas determinan su propia residencia de acuerdo a su grupo familiar y a sus siete necesidades básicas. (Ver Ambientes de la residencia de la vicuña).
Se debe informar a las comunidades y a las personas involucradas en su manejo, que las vicuñas no deben ser estabuladas, lo cual garantiza la fertilidad, la sanidad y la calidad de las mismas.