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- Escrito por: camelido7

Quienes no están enterados de las múltiples bondades del recurso camelícola se resisten a aceptar que el éxito, hoy llamado “milagro”, tiene su origen en las culturas precolombinas desde sus primeros horizontes hasta el Imperio de los Incas. Nunca antes cultura alguna habla logrado la domesticación y el mejoramiento del pool genético de los camélidos sudamericanos (guanacos. llamas. vicuñas y sus híbridos). Gracias a esta herencia, el Perú mantiene su hegemonía mundial.
El arqueólogo norteamericano Richard Mac Neish, en su interesante estudio sobre el origen de la cultura andina, confirma la presencia en el Perú ancestral de los camélidos actuales: el paleolama y el guanaco que coexistieron con el caballo americano, el tigre de colmillos de sable, el gliptodonte y el megaterio. Según Mc Neish, el hombre de Pacaicasa, que data de aproximadamente 22000 años a.C. fue el primer habitante de estas comarcas que compartió su hábitat con la fauna gigante.
Es perentoria la ayuda económica y tecnológica a los camelicultores en el país debido a que en gran parte de los criadores de camélidos no cuentan con la posibilidad de tecnificar y modernizar sus actividades productivas. El neoliberalismo, que implica la reducción de los recursos que los gobiernos asignan para el desarrollo del sector ganadero camelícola, hacen aún más lejana y utópica la posibilidad de ofrecer el asesoramiento técnico y la inversión económica necesarios para el fortalecimiento de las empresas camelícolas; por lo tanto, la equidad está lejos de ser una realidad uniforme para los ganaderos nativos y para los ganaderos de vacunos, ovinos, equinos, que también deben incorporar este recurso camelícola en su actividad económica empresarial.
El 95% de criadores de camélidos no tienen el asesoramiento técnico y la infraestructura necesaria para el manejo productivo de los guanacos y vicuñas. El Estado pues, debe aquí intervenir.
El Estado, alternativamente, debe preocuparse por difundir medidas de carácter educativo, técnico y organizativo destinadas a lograr un conocimiento gradual del control sanitario, mejoramiento genético, manejo de recursos financieros y comercialización justa.
Se subestima a la ganadería nativa y se incentiva la ganadería foránea, también se subestima al ganadero andino por lo que no posee y no puede poseer; por ejemplo, se hace gran esfuerzo para importar vacunos de calidad de sementales pedigrí a costa de fuertes endeudamientos con países amigos, sin embargo, sería de mayor beneficio hacer esfuerzos igualmente para optimizar el potencial genético de nuestros camélidos.
Se hace un gran esfuerzo para conseguir ingentes capitales para importar animales foráneos en pie, en forma desmedida especialmente esta última década, así como el ganado caprino, ovino, vacuno, etc. En lo que toca a la ganadería camelícola se debe adoptar medidas económicas de crédito para la profilaxia, manejo racional, mejoramiento genético. Se piensa que producir equivale a más crédito, más maquinaria, más insumos, más productos biotecnológicos. Se estima que la región andina es muy pobre y significa poca rentabilidad. De persistir tales distorsiones no será posible el desarrollo sostenible con equidad de la ganadería nacional.
La superposición de las culturas (españolas y otras) ignoraron el desarrollo integral que encontraron, olvidando la ciencia y tecnologías nativas, perdiéndose nuestra identidad cultural, bloqueando el uso y explotación racional camelícola.
Estudiar los camélidos sudamericanos es investigar la geohistoria del hombre americano desde su inicios los que datan de una antigüedad de aproximadamente 20000 años.
La domesticación de los camélidos se inició hace 8,000 ó 5,000 años probablemente en Lauricocha, a más de 4,000 metros sobre el nivel del mar, descendiendo a la costa y a la selva.
Gracias a recientes estudios y testimonios de la cultura Vicus, se sabe que ésta se desarrolló el borde de los desiertos norandinos, donde ya se criaban camélidos por entonces, comprobándose que constituyeron los ejes de desarrollo y testimonios de valor sagrado.
Recientemente en el periodo de la cultura Chimú III, se hallaron camélidos decapitados, y sus cabezas adornadas con collares, junto a los sarcófagos del Señor de Sipán (220 años a.C.) y el Viejo de Sipán (250 años a.C.). Como se sabe, ambas son tumbas que han despertado el interés y la admiración del mundo por sus representaciones artísticas de oro, plata cobre, turquesa, etc. En ellos se aprecian las iconografías, en las cuales se observan camélidos que desempeñan un rol Importante en la vida diaria.
La Facultad de Ciencias Naturales y Matemática de la U.N.F.V. a través de sus proyectos de investigación proyecta la creación del Parque Nacional Ecoturístico Federico Villarreal cuyo objetivo es la reintroducción la fauna camelícola que otrora fue sustento de las culturas de la costa.
Para recoger los testimonios entrevistamos al Dr. Walter Alva Alva, Director del Museo Bruning – Lambayeque, investigador científico de reconocida trayectoria a nivel nacional e internacional por los hallazgos de las tumbas reales del Señor de Sipán.
La reconstrucción del escenario del patrimonio cultural de Sipán que Ud. tan acertada-mente inicio ¿Qué importancia o impacto ha producido a nivel regional, nacional e inter-nacional?
Los restos arqueológicos de Sipán significan a nivel regional el primer registro científico del entierro de la más alta jerarquía de la Cultura Mochica. Lo que significa básicamente la Cultura Moche o Mochica; por primera vez hemos tenido el testimonio tangible de un entierro de la más alta jerarquía con toda su valiosa información sobre organización social, sobre tecnología metalúrgica y sobre pensamiento religioso de la Cultura Mochica, sin duda, una tumba de un alto dignatario.
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